La primera vez que dicté un curso de ingeniería fue aproximadamente hace 8 años, nunca podré olvidar aquella aula llena de sillas con un tablero blanco, muy brillante, casi nuevo. El grupo, unos muchachos que no alcanzaron un cupo en el otro horario, el del Profe de siempre. En aquel lugar no había ni un solo computador y tampoco un solo celular. Contrario a lo que dicta la lógica, a pesar de no contar con el objeto de estudio en el aula, dictar aquel curso fue una maravillosa experiencia y un verdadero reto imaginativo. Las clases transcurrían entre imaginar una solución e imaginar cómo seria ejecutada por el computador (siempre ausente). Eran clases productivas, unas verdaderas charlas y la mayoría de las veces lográbamos resultados sorprendentes, aprendí mucho en aquél lugar sobre como enseñar y sobretodo sobre cómo funciona un computador. A mi me gustó y creo que a los estudiantes también.
Hoy, para mi fortuna, sigo dictando clases un programa de ingeniería de sistemas/informática, pero, no sé si para mi desgracia, bajo unas condiciones completamente diferentes. Ahora mi situación ha cambiado bastante. El aula en la que actualmente enseño es completamente diferente, tiene un computador por estudiante y cada estudiante tiene un computador en sus manos (smartphone, tablet, ipod, laptop), y ahora irónicamente las sesiones no son tan productivas ni tan motivantes. Navegar en internet, chatear, jugar, son las actividades más comunes que hoy se practican en aula. Atrás quedó el uso de la imaginación para aprender cómo funcionan los computadores, ahora ya no hay que imaginar.
He tratado de buscar respuestas entre los estudiantes, de cuestionarlos y motivarlos en atender a las clases en atender a mis comentarios y las respuestas siempre apuntan hacia lo mismo: "Nuestro cerebro se ha adaptado, nosotros podemos hacer muchas cosas a la vez y hacerlas bien" a lo mejor tengan razón. Sin embargo yo, debo aceptarlo, paso muchisimos trabajos para adaptarme a un aula en donde nadie me mira, en donde todo el mundo es tan evolucionado(?). Como resultado, la mayor parte del tiempo los estudiantes están haciendo algo más que ver una clase y es inevitable que como docente sienta el irremediable sentimiento de estar en el lugar equivocado. No es mi intención buscar un culpable, pero los hechos son contundentes: !La universidad tiene un problema! O mejor yo tengo un problema: el contenido de las diapositivas y los vídeos que utilizo en clase no son tan divertidos como Angry birds, ni son tan llamativos como las últimas actualizaciones de Facebook. Pero entonces, ¿Qué debo hacer? ¿Porqué pasa esto?. Realmente me he hecho estas preguntas muchas veces y aún no encuentro una respuesta o lo que es peor encuentro muchas.
En esto punto debo hacer enfásis en que no estoy en contra de la masificación de la tecnología, por el contrario, me enorgullece y si en mis manos estuviera llevaría computadores a cualquier institución educativa que pudiera necesitarlos. Los computadores son mi pasión, son una parte muy importante de mi vida. Sin embargo, no he podido utilizarlos para solucionar mi problema. Creo que la única pista que tengo ahora es que me es muy difícil enseñar de una manera diferente a como aprendí. Allí, creo, radica el origen de mi problema: Difícultad para adaptarme a la "nueva aula" debido a mi tendencia a enseñar de la misma manera que lo hicieron mis profesores y ¡cuidado! No intento culpar a mis profesores, cuando yo pasé por la Universidad, aunque fue hace poco, no había tantos computadores, no teníamos celular.
En mi busqueda de respuestas, he encontrado algunos resultados, algunos tips para mis clases:
- Debo implementar el aprendizaje activo
- No debo hablar por más de 20 minutos seguidos
- Tengo que motivar a los estudiantes a desarrollar voluntariamente su proceso educativo
La verdad, no sé si lo estoy haciendo correctamente, mucho me temo que no y es inevitable pensar en que la tendencia es que la necesidad de espacios educativos abiertos productivos y efectivos sea cubierta por otro tipo de experiencias formativas. Conceptos como el
aprendizaje invisible (del que bien vale la pena escribir un post), el
auto aprendizaje,
la universidad libre son cada vez más poderosos y efectivos.
Continuar especulando sobre lo que debo o no debo hacer, sería irresponsable, sin embargo si puedo concluir que las experiencias educativas exitosas, al parecer, tienden a alejarse cada vez más del formato de la clase tradicional y que la evolución del conocimiento obliga no sólo a enseñar habilidades de un area especifica del conocimiento, si no, habílidades para autoaprender. Considero que todas las carreras deberían comenzar por transmitir esa habílidad: Aprender por el simple placer de hacerlo, aprender porque si, porque quiero.